Este viaje comenzó sin que me diera cuenta. Un día solamente tuve este diálogo interior:
“No tengo idea y creo que nunca la tendré a ciencia cierta de qué era de mi antes de nacer, ni sé qué va a ser de mi después de que muera. No tengo idea si tiene lógica obedecer todo lo que he aprendido. En realidad no estoy segura de nada. Entonces no estoy obligada a obedecer nada…
… lo único que sé es que estoy viva y solo por un rato, no sé cuánto. Me voy a morir, eso es un hecho. También sé que todos estamos absolutamente conectados; todos nos afectamos a todos (humanos, animales, plantas, minerales ¡todo!). Si estas son las únicas certezas que tengo, lo único que me hace sentido es crear amor y felicidad con mi vida, y compartirlo con quien se deje”
Entonces puse el amor y la felicidad en el centro de mi vida y comencé a elegir exclusivamente a favor de ellos. Se convirtió en mi sentido de vida. Así de sencillo. Y con toda mi imperfección, desde ese día hasta hoy, siempre lo he puesto en el centro.
Corazón de Agua dulce es este viaje hecho proyecto para compartirlo contigo y con quien se deje.